Pese a la enorme y reciente expectación por el lanzamiento de su primer móvil, Google comienza el ejercicio con frentes abiertos en tres continentes. Para empezar, la ministra de Justicia alemana, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger, ha advertido que el popular buscador se está convirtiendo en un "monopolio gigante" como Microsoft y podría "enfrentarse a acciones legales" si no se hace más transparente. En una entrevista con el semanario Der Spiegel, la política explica que su preocupación se debe a que la firma está "acumulando demasiado poder" e "información sobre los ciudadanos" a través de programas como Google Earth y Google Books.
La compañía también reconoció ayer que ha mandado una carta de disculpa a los escritores chinos por ofrecer sus obras en Google Books sin autorización.
Por otro lado, las negociaciones de Google con Associated Press sobre el nuevo contrato de licencia para que el portal tenga las noticias de la agencia estadounidense, podría haberse quedado en tablas. De momento, Google no está añadiendo contenido nuevo de esta agencia a sus buscadores de noticias desde Navidad.
A todo ello se suma la guerra abierta con Francia. El Gobierno de Sarkozy parece querer aprobar una tasa que grave con un impuesto los ingresos publicitarios de las grandes firmas de internet y cuya recaudación se destinaría a los creadores de contenidos. Google, una de las principales empresas que podrían verse afectadas, se defiende y dice que en 2009 ya pagó 4.200 millones de dólares a los creadores de todo el mundo.
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