Recibir una atención similar a la que tuvo la catástrofe petrolera en el golfo de México es algo de lo que los pueblos ijaw, ogoni o urhobos sólo pueden soñar. Pero para los habitantes del delta del río Níger, en Nigeria, el derrame de petróleo forma parte de su vida diaria.
Sólo desde 2006 se registraron en el delta del Níger más de 3.000 derrames de crudo, informó recientemente Idris Musa, director de la autoridad responsable del manejo de los accidentes petroleros, NOSDRA.
La mayoría de estos derrames ocurrieron en instalaciones de empresas petroleras internacionales. "Esta frecuencia es preocupante", dijo Musa y amenazó con imponer sanciones.
Expertos ambientales de Nigeria estiman que desde el inicio de la explotación petrolera en la región a finales de la década de 1950, fluyeron al delta del Níger más de 1,5 millones de toneladas de crudo.
Nigeria se hizo rico gracias al petróleo, pero para los alrededor de 31 millones de personas que viven en el delta del Níger el "oro negro" se convirtió en una maldición. Los agricultores y pescadores no se beneficiaron en nada de los ingresos de la explotación petrolera.
El Programa de la ONU sobre Medio Ambiente (PNUMA) escribió en un informe que el delta del Níger está marcado por la negligencia del gobierno, la pobreza, el desempleo y los conflictos. Carece tanto de una infraestructura que funcione como de buenos sistemas de salud y de educación.
Muchas personas están obligadas a tomar agua contaminada y de cocinar y lavar con ella. "A veces debemos remar cuatro horas hasta llegar a un sitio donde el río no esté tan contaminado. Algunos peces que capturamos huelen a petróleo", relató un pescador del delta del Níger a los expertos de la organización de derechos humanos Amnistía Internacional, que publicó hace un año un informe sobre los efectos de la contaminación petrolera para los habitantes del delta del Níger.
"Más del 60 por ciento de las personas en el delta del Níger dependen de un medio ambiente intacto", dijo Audrey Gaughran, experta en economía de Amnistía Internacional. "Pero la contaminación por parte de la industria petrolera destruye su base de subsistencia".
Muchos oleoductos e instalaciones de extracción tienen más de 40 años de antigüedad, están mal mantenidos y, por lo tanto, es más probable que causen derrames.
Si bien Nigeria cuenta con leyes ambientales y reglamentaciones sobre la eliminación de los residuos industriales, hay deficiencias en su implementación. La corrupción está ampliamente extendida y los habitantes en el delta del Níger pertenecen a minorías, que hasta ahora prácticamente no tuvieron influencia política.
Muchos pusieron sus esperanzas en el nuevo presidente Goodluck Jonathan, que heredó de alguna manera el cargo tras la muerte de Umaru Yar'Adua, que sufrió una larga enfermedad.
Durante el mandato de Yar'Adua se creó por primera vez un Ministerio para el Delta del Níger, que debe fomentar el desarrollo de la región, rica en petróleo. Pero aparentemente, no fue tanto la preocupación por el medio ambiente lo que impulsó esa decisión. Más bien se debió a un descenso de los ingresos estatales por los ataques de los rebeldes contra instalaciones petroleras en la zona.
En sólo dos años, la explotación petrolera cayó un 20 por ciento, lo que constituyó un duro golpe para el presupuesto público del país.
Los atentados con explosivos contra oleoductos no sólo obstaculizaron el flujo de petróleo al puerto de Lagos, sino que también aumentó la contaminación en el delta, al igual que el robo de crudo de las tuberías, con el que los habitantes del delta intentan apropiarse al menos de una parte del valioso botín.
Fuente:
http://www.medioambiente.net/el-vertido-de-petroleo-en-el-delta-del-rio-niger/
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/08/20/ciencia/1282302431.html
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