Hoy por Hoy debemos tomarse la propia vida como un proyecto empresarial y empezar por una buena defunción de "lo que soy" y "lo que quiero ser", realizando un análisis del propio perfil como si fuéramos una empresa: con su visión, misión y valores.
El futuro de las personas es lo que yo llamo su VISIÓN. Aquello que quieres hacer con tu vida en los próximos 10 años, te da la pauta para la gestión de la propia transición y si lo trazas bien, te conduce al descubrimiento de tu propio objetivo profesional: su MISIÓN o propósito. Para ello necesitamos definir muy bien la estrategia y, ponernos manos a la obra, para que no sean sólo propósitos. Ayuda mucho conocer y reconocerse dentro de las propias competencias, saber qué somos capaces de hacer y de arriesgar: nuestros VALORES.
Esto se logra ampliando la perspectiva de auto conocimiento, impulsando a hacer aquello que queremos y reconocemos que podemos, y así poder perseguirlo. Es decir, conocerme mejor y ser coherente con esos valores. Sólo así se puede arriesgar y poner en juego lo que uno es y puede llegar a ser, con convencimiento. Desde ahí la búsqueda es más auténtica, porque conecta con la realidad más profunda de la persona: sus talentos personales y su personalidad profesional.
Fuente el Blog de mi amiga Noemí
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